El hallazgo podría ayudar a los médicos a recomendar medidas preventivas simples pero eficaces a los pacientes en riesgo, incluyendo una dieta saludable, ejercicio físico y actividad intelectual intensa, hábitos todos ellos que juntos podrían ayudar a prevenir los síntomas crónicos asociados con la enfermedad.
La investigación la ha realizado el equipo de Charles Brainerd, profesor de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell, Valerie Reyna, profesora de la misma especialidad en esa universidad, y los doctores Ronald C. Petersen y Glenn E. Smith de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.
Las aplicaciones clínicas de poder relacionar este indicador genético con el deterioro cognitivo leve son de gran alcance, pues ahora podrá añadirse la evaluación genética a los tests neuropsicológicos, que son actualmente la única manera de identificar de modo razonablemente fiable el deterioro cognitivo leve.
En el nuevo estudio, los investigadores identificaron el vínculo entre cierto alelo del genotipo APOE y el riesgo de deterioro cognitivo leve, gracias a que analizaron un gran conjunto de datos de población, que refleja de manera lo bastante representativa la situación real de personas mayores de todas las regiones y grupos étnicos en Estados Unidos.
Pérdida de conexiones entre neuronas como consecuencia de la enfermedad de Alzheimer. (Imagen: Cortesía del U.S. National Institute on Aging / National Institutes of Health)
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